El italiano quedó indignado por completo...
Iban 60 minutos de partido entre Real Madrid y Espanyol cuando Kylian Mbappé estuvo al borde de ser lesionado de gravedad. El encuentro iba empatado 0-0, el francés tomó un rebote en su campo y decidió comenzar a correr a máxima velocidad para armar el contraataque del Madrid. Su marcador, Carlos Romero, siempre tuvo claro que si lo dejaba correr, no lo iba a alcanzar más, por lo que se lanzó en el aire con un solo objetivo: frenar a Mbappé.
Es una locura que ni el árbitro ni el VAR sancionen este entradón a Mbappé con tarjeta roja.
— Helena %uD83C%uDDEE%uD83C%uDDE8 (@HdeHelena_RM) February 1, 2025
Romero le clava los tacos en el gemelo a Kylian en una acción temeraria y debió ser expulsado.
Una más.pic.twitter.com/uDcdDZpp7E
La patada fue feroz, de mucho peligro y Mbappé tuvo que ser atendido. El árbitro y el VAR coincidieron que solo era tarjeta amarilla para Romero. Y eso hizo estallar al Real Madrid, que pedía expulsión directa. Todo se potenció más cuando Romero marcó el 1-0 para el Espanyol sobre el final del partido.
Tras la derrota, Ancelotti se refirió a esta jugada y no se guardó nada: "La falta de Romero es inexplicable la decisión. El árbitro y el VAR. Todos vieron lo que sucedió. Tienen que proteger al jugador y es una falta clara y muy fea, de riesgo, que por suerte no pasó nada. El VAR está para esto. A nosotros nos parece inexplicable que no lo haya expulsado".
%u2757%uFE0F Ancelotti, sobre la falta a Mbappé: "Es inexplicable la decisión. Ha sido una entrada muy fea. Nos parece inexplicable que no haya sacado roja" pic.twitter.com/qZRPXxl6f9
— Mundo Deportivo (@mundodeportivo) February 1, 2025
En esa misma línea, Ancelotti agregó: "Yo no quiero hablar de los árbitros. Solo quiero marcar lo de hoy. Es inexplicable la decisión de que nadie vea esa jugada. La patada la vio todo el mundo. El Espanyol ha defendido bien, con muy buenas transiciones. Era lo que tenían que hacer. El partido no ha sido tan malo como el resultado. Esto puede pasar, lo otro no...".
El Real Madrid ahora tiene partidos de alta tensión y de máxima presión: tendrá que enfrentar al Leganés, de visitante, por los cuartos de final de la Copa del Rey, deberá jugar por LaLiga contra Atlético de Madrid y además chocará contra Manchester City por la Champions League.