Mide 1,94 , hace goles para Leipzig y está en los planes del Real Madrid y Barcelona
Benjamín Sesko es la gran promesa del fútbol esloveno y una de las potencias que viene pisando fuerte en Europa.
Radee es un pequeño pueblo de Eslovenia que cuenta con apenas 4 mil habitantes y unas pintorescas colinas que decoran el paisaje. En un pueblo familiar donde todos son conocidos, nació Benjamin Sesko, una de las máximas proyecciones del fútbol europeo.
Claro que antes de ser codiciado por potencias como Real Madrid o Chelsea, el pequeño Benjamín tuvo una infancia ligada al deporte. De hecho, fue la misma gente de su ciudad la que puso manos a la obra para poder crear la cancha municipal y siguió la herencia de papá Aleš, arquero que se desempeñó en la liga local.
Sladana Lazic, su mamá, es de origen bosnio, y si bien el futbolista tuvo la posibilidad de elegir, sus raíces pudieron más y representó a su país desde las categorías juveniles con su primer partido internacional en la U15 ante Portugal, donde fue capitán.
De chico tuvo un lazo con el básquet pero desde los 10 años Benjamin aclaró sus ideas y comenzó con su periplo futbolero. La Academia de Radece fue el lugar que lo acobijó y Marjan Kljuevšek, su primer padre en el deporte.
Academia Radece, su lugar en el mundo.
Matej Kirbiš, su segundo entrenador, le vio dotes de delantero y lo convirtió en nueve de área. Claro, ya desde chico, Sesko empezaba a insinuar una altura de torre (hoy mide 1,94). Por eso, el hábitat natural fue el área.
NK Rudar fue su segundo salto, de ahí a Krsko y luego Domzale, todos equipos eslovenos pero por su talento y sus condiciones, era necesario un salto importante para continuar su crecimiento.
Elvis Bašanovi, representante de jugadores, lo fichó, y automáticamente, acercó a la familia Sesko una jugosa propuesta para sumarse a Red Bull Salzburg de Austria, donde firmó contrato por tres temporadas con tan solo 16 años a cambio de una importante cifra de 2,5 millones de euros que puso el club.
Red Salzburg fue su primer equipo fuerte en Europa y la rompió.
Benjamin tenía la oportunidad de su vida y no defraudó aunque hubo que esperar para poder verlo con el primer equipo. Los directivos consideraron que le faltaba rodaje y lo dieron a préstamo a Liefering, filial del equipo que compite en segunda división. Lejos de desanimarse, la rompió con 22 goles en 44 partidos.
Tras embarrarse con el polvo del ascenso, Sesko retornó fortalecido para pelear en el equipo principal de la bebida energizante. Debutó con 18 años y necesitó de 93 minutos para marcar sus primeros dos goles oficiales ante el Ried.
En Austria le dieron un lugar y lo hicieron sentir importante: jugó 79 partidos, anotó 29 goles y metió póker de títulos (tres ligas consecutivas y una Copa). En lo personal, lo eligieron mejor jugador en 2023 y futbolista esloveno del año.
Leipzig se lo llevó para la temporada 23/24 por 24 millones y el debut ha sido arrasador. Anotó dos goles en sus dos primeros partidos de Bundesliga y se dio el gusto de gritar campeón de la Supercopa alemana venciendo ni más ni menos que a Bayern Múnich.
Benjamin Sesko arrancó con todo en Leipzig: dos goles en tres partidos.
Eslovenia ve en su potencial al jugador del futuro que ya empezó a pagar con sus 6 goles en 21 partidos. Luego de la aparición de Jan Oblak, Benjamin Sesko va camino a pisar fuerte en la escena mundial con sus recientes 20 años.
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