El ex entrenador señaló internamente a Boca...
Hubo tensión, expulsados, discusiones con el árbitro, roces en el campo de juego y un árbitro mexicano que nunca supo manejar el ritmo del encuentro. A pesar de que se siguen jugando partidos en Estados Unidos, en el FIFA Mundial de Clubes no se habla de otra cosa de lo que fue la batalla entre Boca Juniors y Benfica en el Hard Rock Stadium de Miami.
El equipo argentino comenzó ganando 2-0, Benfica lo empató 2-2 sobre el final y para muchos, acabó siendo el mejor partido de la primera jornada del FIFA Mundial de Clubes. Sin embargo, Boca Juniors dejó la piel, disputó cada pelota como la última y usó todos los recursos que tuvo a mano para ganar el partido. No lo logró y terminó con dos expulsados: Ander Herrera por protestar y Nicolás Figal, por una patada sobre el final del encuentro.
"Para mí no fue penal pero es discutible. Son árbitros mexicanos, me han dirigido en Arabia, yo los conozco. Es difícil, el rival es fuerte, pero no me quejo del arbitraje, tenemos que saber resolver esos problemas, un gol sobre la hora, no te pueden hacer", expresó Miguel Ángel Russo tras el partido, sobre el rendimiento del árbitro, César Ramos.
El punto es que esta situación y este partido jugado por Boca Juniors, tiene un daño colateral importante. El club argentino tiene un nuevo rival directo y no se trata de un equipo, sino de un grupo de personas lideradas por Arsene Wenger, el ex entrenador del Arsenal.
Wenger, que actualmente se desempeña como Jefe de Desarrollo del Fútbol Global de la FIFA, lidera el Grupo de Estudio Técnico en el FIFA Mundial de Clubes. En dicho equipo aparecen ex futbolistas como Esteban Cambiasso (Argentina), Aliou Cissé (Senegal), Jurgen Klinsmann (Alemania), Roberto Martínez (España) y Gilberto Silva (Brasil), entre otros.
Algunas de las tareas de este equipo es seleccionar a los ganadores individuales de los premios y al equipo que recibe el premio al juego limpio en los torneos de la FIFA, pero también marcar aspectos negativos a mejorar y profundizar.
Wenger, que estuvo presente en el Hard Rock Stadium, se mostró profundamente preocupado por las interrupciones del partido, las demoras de los arqueros y las jugadas sucias de los jugadores de campo, principalmente las de Boca Juniors. Y este punto de vista fue potenciado por uno de los integrantes del panel técnico de FIFA.
Wenger viendo Boca - Benfica.
"El objetivo es ofrecer en la cancha lo que los aficionados adquirieron al comprar su entrada. Y la compraron para ver los noventa minutos", expresó Gilberto Silva, a la salida del partido entre argentinos y portugueses.
El grupo de estudio, dirigido por Arsene Wenger, cuenta con un grupo central de analistas de rendimiento y tácticos. Los informes son extremadamente detallados y lanzaron la conclusión de que solo se jugaron 46 minutos de tiempo neto en Boca Juniors - Benfica.
La FIFA entiende que el fútbol se enfrenta a la competencia de otras actividades para las generaciones más jóvenes y necesita dar un ejemplo de deportividad en todo momento, por lo que no quiere protestas como las de Ander Herrera o patadas de indignación como la de Figal.
Herrera y Figal, expulsados y fuera del Mundial.
El resultado final y la evaluación definitiva de Arsene Wenger y Gilberto Silva está a la vista: cuatro fechas de suspensión para Herrera y otras cuatro para Figal, mientras que Andrea Belotti, expulsado de Benfica, solo recibió dos jornadas por una patada en la cabeza de Ayrton Costa.
Los jugadores del Bayern Munich ya están al tanto de esta situación y tanto Serge Gnabry como Jonathan Tah, empezaron a marcar en sus declaraciones que Boca Juniors iguala condiciones a través del roce físico y el poco juego en campo. El equipo de Russo quedó en el ojo de la tormenta a horas de un partido decisivo y contra un equipo tremendamente cercano a la FIFA y UEFA.
Lo cierto es que Wenger tiene a Boca Juniors en la mira y la particularidad es que el club argentino hizo todo lo que no le gusta al francés...